Terminó la Semana Santa con la, recuperada desde hace pocos años, procesión de El Resucitado; un pequeño recorrido en el que la Virgen de la Nava y su hijo salen cada uno por una puerta de la iglesia para encontrarse en la calle Góngora, a la altura de "Los Bartolos", a la vez que las escopetas celebran este feliz desenlace.
Tras esta parte, de carácter más religioso, la fiesta sigue y de nuevo las escopetas resuenan por el pueblo matando los Judas . Pocos este año (sólo 14), pocas escopetas ( sólo 4), pero mucho entusiasmo y ganas de divertirse de los habituales y nuevos espeleños que empiezan a conocer una fiesta singular y totalmente recomendable.
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